Cangrejo ermitaño anémona (Pagurus prideaux)

¿Sabía que en realidad se trata de dos animales?

La imagen muestra un cangrejo ermitaño con una anémona adherida a su cuerpo. Se trata de un cangrejo de río especial y una anémona especial (Adamsia palliata) que viven juntos en lo que llamamos una simbiosis. Se trata de una forma de vida en la que dos especies viven muy cerca la una de la otra y una o ambas se benefician de ello. En este caso, tanto el cangrejo de río como la anémona se benefician de vivir literalmente uno encima del otro, algo que llamamos mutualismo. La anémona obtiene alimento recogiendo las sobras del cangrejo de río. A cambio, el cangrejo ermitaño es protegido por la anémona, que ahuyenta a los depredadores lanzando hilos nasales violetas desde su cuerpo cuando siente inquietud. Esto puede deberse a que el cangrejo de río produce hormonas del miedo a las que responde la anémona.

Pero, ¿qué le ocurre a la anémona cuando el cangrejo ermitaño tiene que cambiar de caparazón?

Hace unas semanas publicamos un vídeo en el que se veía cómo los cangrejos ermitaños intercambiaban sus caparazones, algo que debe hacerse con regularidad a medida que los cangrejos crecen. Con esta cohabitación, es probable que la anémona reaccione a las sustancias químicas de señalización segregadas por el cangrejo de río y suelte el caparazón viejo para que el cangrejo de río pueda fijarlo al nuevo. La anémona también aumentará de tamaño con el tiempo y llegará a cubrir todo el caparazón.

¿Sabía también que estas especies son comunes a lo largo de la costa noruega? Se pueden encontrar desde aguas poco profundas hasta una profundidad de 60 metros.

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Foto: Finn Refsnes
Cangrejo ermitaño anémona (Pagurus prideaux)

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